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Tuesday, May 20, 2008

Economía Cubana: Diamante en Bruto

Cuba le ha dado al mundo un sistema único de alfabetización, médicos de la isla salvan vidas desde el Caribe hasta el Pacífico Sur, en tanto entrenadores cubanos en distintos países han llevado a sus discípulos al podio de premiación.
En el haber de la nación caribeña también figuran fármacos, vacunas, equipos médicos, anticuerpos monoclonales y avances biotecnológicos a nivel de los países más desarrollados. Los índices de salud y educación igualan o superan los de la región y a muchos del primer mundo.
Tecnologías y resultados científicos agrícolas han sido aplicados con éxito en México, Brasil, Centroamérica, pero no en la isla. Con asistencia técnica cubana en el cultivo del café, Vietnam logró en poco tiempo ser el quinto exportador mundial del grano.
Sin embargo, casi 50 años después, la economía sigue siendo el punto más vulnerable de este proyecto socialista. El 72 por ciento de los nutrientes que consumen los cubanos en la actualidad es importado, aún cuando el país posee tierras fértiles y un clima privilegiado.
No es de extrañar esta realidad cuando se conoce que el 51 por ciento de la tierra cultivable está ociosa y de esa cantidad, el 33 por ciento está cubierta de marabú y el 17 por ciento son pastizales.
Conceptos clave como el usufructo de la tierra y la propiedad individual, incluyendo viviendas, automóviles y otros bienes es restringida por prohibiciones que nada tienen que ver con la Constitución ni las leyes de la economía.
Dotada de otros recursos como los minerales, el potencial humano y tecnológico para el desarrollo de energías renovables, para no hablar de las posibles reservas energéticas que guarda la Zona Exclusiva Económica del Golfo de México, hay que concordar entonces que la economía cubana es como un diamante en bruto, cuyos pulidores no se acaban de poner de acuerdo sobre qué herramientas utilizar para realzar su belleza y durabilidad.
Urge recuperar soberanía
Todo esto ocurre muy cerca de enemigos que acechan. Aunque no pudieron lograr su objetivo de apoderarse de Cuba cuando ésta perdió de la noche a la mañana su principal socio económico, comercial y financiero, todavía no se puede sentir segura.
Es preciso resolver distorsiones, incentivar el sector productivo tradicional y relanzar la pequeña y mediana empresa cooperativa y privada, opina Omar Everleny Pérez, investigador destacado del Centro de Estudios sobre Economía Cubana (CEEC).
Reactivar la inversión extranjera, sumando nuevas prioridades, transitar progresivamente del subsidio de productos a subsidios a las personas, están entre las recomendaciones de los académicos para este proceso de cambios puesto en marcha por el Presidente Raúl Castro.
En la actualización de la política salarial del país se debe tener como premisa el alza de la producción de bienes y servicios para el mercado doméstico.
El tiro principal debe dirigirse a elevar el salario real o poder adquisitivo del peso cubano mediante la disminución de precios en el mercado en divisas y premiando el rendimiento productivo.
Cuba se ha convertido en una economía de servicios, con el 76 por ciento de su Producto Interno Bruto ocupado por este sector. Esto ocurre en las naciones caribeñas que dependen del turismo como principal renglón de ingresos. También lo es Suiza con su poderoso sector financiero.
Pero es peligroso el abandono en que se ha hundido el sector agropecuario, hasta representar apenas un 4 por ciento del PIB y robarle a los ingresos por exportaciones 1,700 millones de dólares para pagar los alimentos que importa, opina Armando Novo, también especialista del CEEC.
Cada centavo debía ir a parar a las inversiones productivas y autoabastecernos de la producción interna, recuperar esa capacidad histórica de fabricar azúcar y sus derivados. Esta industria, señala Novo, puede adaptarse a las fluctuaciones del mercado y al final, siempre servirá de alimento energético.
La doctora Anicia García, también del CEEC, recuerda que solo siete ramas de las más de 20 que integran la economía cubana están hoy a la altura o ligeramente por encima del nivel que tenían en 1989.
Entre los retos que ve en el futuro se destacan: resolver el problema de descapitalización, obtención de financiamiento externo, reducir el consumo energético, lograr una mayor cooperación entre ramas industriales y lograr mayor competitividad a fin de incrementar las exportaciones.
Con paso firme y sin bandazos ya están en marcha el proceso de cambios, sin inclinar el comercio y las relaciones hacia unos pocos países aunque estos hayan demostrado ser afines en toda la línea, porque el mundo se mueve y puede cambiar súbitamente.

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